Melancolía

Melancolía, del griego μελαγχολία, halla su significado primitivo en ese humor negro del que nos habla la antigua medicina griega. Sin embargo, la medicina moderna nunca reconoció su existencia por no haberlo constatado físicamente. Hipócrates, el padre de la medicina, así como el gran filósofo Aristóteles y varios médicos renacentistas nos explican las consecuencias de su presencia en el cuerpo humano y su inseparable efecto psíquico . He aquí lo que nos reúne en este espacio, ese humor negro manifestado en letras, imágenes y sonidos.



10 sept 2010

Homenaje a Benedetti (antipoema cinco)

La Sastrecilla Amarilla



Adelina, Antonella, Marcelina
Cuánto cuestan tus caderas, tus miradas, tu entrepierna
Australiana, mil guirnaldas, minifaldas
Al defecar cierra la boca, al defecar abre las nalgas.


He perdido ya tu aprecio, por babearme en la cocina
Por mearme en las cortinas
Mis miradas tan perdidas en tus chácharas infinitas
Flatulencias matutinas
A seguir comiendo mocos, medio verdes medio rojos
Aguados o endurecidos, en espirales o en remolinos
Y mi baba ya fermentada va esparciéndose en tus entrañas.


Vi una gorda pretenciosa, tan mimada como hedionda
Muslos gruesos y jugosos, si muerdo el centro la sonrojo
Brotan flores de esta inmundicia, mitocondrias rebeldes y enardecidas
Aletargado voy conmigo en este fabuloso limbo.


Maduré bananos para algún simio
Gárgaras de mantequilla, pelos en las costillas
Pellejos en los talones, hormigas, duendes, ladrones
Entre zamuros calvos risueños, danza el cadáver de todo ensueño
Ya deformada por la memoria, irrumpe el recuerdo de aquella novia
Caníbales arrepentidos
Escrúpulos
Fantasmas de aquel mordisco
Escupen sangre, escupen moscas
El bello sapo se da un banquete
Ya te sonríe, luego te croa
“Tú lo mataste débil memoria”
Le dijo la almohada a su señora
Yazco desnudo en aquel olvido
¿Dónde está el padre contra su hijo?
Sin tribunales, sin mis amigos
Sin capitanes, sin pepinillos
Solo en la noche, solo en mi alcoba
Sin novedades canto la hora.


Viene al recuerdo otra señora
Suda la grasa de su alcachofa
Y se derrama sobre la anciana
Grasa naranja, piel arrugada
Dijo un discurso sobre la nada
Cuánto sudaba, grasa, empanada.


Un moro citadino baila contigo
Sueñas conmigo
A la francesa no es con la lengua
Ni vuelta y vuelta, cinco croquetas
Tuerzo los labios, subo una ceja
No es el coraje por mi princesa, tierna pereza
Retorcijones de aquella cena
Pieles morenas, malas recetas
Indigerible mi cenicienta
Constipaciones sobre la bestia.


Es el maltrato de tu inconsciencia
Son tus deseos, tierna franqueza
Más no se inquiete tu pestilencia
Purgo mis penas por esta vera
¡Cuántos pesares, cuántas flaquezas!


Y la Afrodita de nuestros días
Tan maquillada, tan trasvestida
Noche tras noche, día tras día,
Se sodomiza, vende caricias
Mas no me inquieto con tal decoro
Ya no hay rufianes, sólo Bartolo
¿Quién me arrebata tan bello tesoro?


Entre mis dientes  cultivo sarro
En los pulmones, tal vez catarro
Ya no te asustes con mis espantos
Sólo desnúdate de esos harapos
No acaricio tus caderas
No profano tu santuario
Son las guadañas, es la pelona
Sendos tambores resuenan, Sodoma
Que maravilla mi sastrecilla
Que maravilla, sonríeme ahora.

Sauce Llorón
A.M.A

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