Melancolía

Melancolía, del griego μελαγχολία, halla su significado primitivo en ese humor negro del que nos habla la antigua medicina griega. Sin embargo, la medicina moderna nunca reconoció su existencia por no haberlo constatado físicamente. Hipócrates, el padre de la medicina, así como el gran filósofo Aristóteles y varios médicos renacentistas nos explican las consecuencias de su presencia en el cuerpo humano y su inseparable efecto psíquico . He aquí lo que nos reúne en este espacio, ese humor negro manifestado en letras, imágenes y sonidos.



10 sept 2010

Homenaje a Benedetti (antipoema seis)

Axilas ennegrecidas

               
Que se arrastra, desliza, desplaza, se hunde y acaba
Azar malicioso que me sostiene y me lanza
Divina fortuna que me agarra y suelta con tu zurda
Pobre yo cuando voy de tu derecha
Esa que sublima y apacigua, se adormece y anestesia
Cada vez que se masturba, cada vez que se masturba

Hundido en tu apatía, avergonzado, ¡Ay que manía, que manía!
Prepotente, arrogante, inequívoco pedante, serafín intolerante
¿te gusta tu moral? A ver que te dice, pregúntale a tu madre,
“Está a la moda, ¿qué te pasa? eso es lo que se usa”
Sólo eso, En tu culpa cada vez que se masturba.

Arrojado, siempre hacia abajo, pega duro contra el barro
Y salpica al sano, salpica el pacto, salpica lo justo y lo malo
¡Dale ya! Invita las pieles blancas, haz la mesa, sirve el trago
¡Jaime! Hazlo rápido, se bebe tibio, la carne al vino
Vuelta y vuelta, la curda no permite otra revuelca
Ya no hay dietas, olvida la prudencia, tira todo, te invito una merienda.

 ¿Quiénes van? La loca, la perra y la buena… ¿la buena?
Corre, busca, date vuelta, no es por ahí cabrón, mete a la derecha
Ahí está, sazonada con su pecado, sí… todo ese pasado
Y de fondo ese gesto agraviado, que será de esa consciencia
Esa voz que grita desde ese silencio que aqueja.

¡Ay! Hermano Billy ¿es ese el evangelio?, escucha bien:
“deja que los muertos entierren a sus muertos”
Ahí tienes, la consciencia de este infierno, ¡ya todo está listo! Faltaba el fuego
¿Donde estás hechicero? Dame tu receta, yo prendo la cocina
¿Alquimia? ¡Ay! ¿Y para que nos sirven los maestros?
Vamos amigo, que tu nombre te consagra, hagamos un incendio.

Ahora, hacer de este gris un negro espeso
Busca el vicio, es hora de un crimen ferpecto… ¡Qué digo! Perfecto
La familia, la casa, el mal sexo, su fiel perro y algunos detalles de los abuelos
Demasiada ceremonia para tan insignificante entierro
Vamos, celebremos el velorio, sí, de todos estos muertos.

Caminemos por aquí, pongamos nuestra muerte en juego
Que nos maten, roben y ultrajen
¡Hey! “ellas no, son nuestro banquete navideño”
¿Un polizonte? ¿Una botella de vino? ¿Dos? ¿Tres? ¿No ves?
Ni la caja, Billy, ni la caja
Llegamos a la casa,  Primo, “esto es una baina bien preparada”

Los chicos arrastran las rodillas, mueven la cintura, gritan hacia arriba
Con el cordero en las espaldas festejan la comida
Paganiza perro, paganiza… mea en los santuarios, mea en los conciertos
¡Hey mujer! Ni tu mirada perdida te salva de la repartija
Ya no hay verde melancólico, hoy nadie diviniza.

En la boca de la bestia metiste tu cabeza
Olfatea ese aliento, apesta, apesta, es el alma de los presos
Escucha Marcelino, esos grillos se alimentan del ingenuo
Mirada compasiva, pide auxilio, estás perdida, tranquila niña, todo eso excita
Y lo siento demasiado, eres bella, demasiado linda, mucha pureza, poca fibra
Y por la coprofagia necesito ir al baño, mancillando en mierda.

La cena está servida, hoy se come sin cubiertos
Sin cubiertos dije, nada de tapaduras, despójate de tus prendas
Sin prendas dije,  hoy no hay aval ni garantías
¡Ay niña! no hay hierba que te lleve a estas risas
No hay predilección, una para todos, todas para uno.

Nuestros modales son a la francesa, escucha al magnífico marqués
Esa es la ceremonia, la voluntad de la especie
Literatura encarnecida, se danza al ditirambo del masoquista
Baila, bailarina, baila que el filósofo descansa
Hoy te toca, hoy te agarra, canta Sade, canta
Déjate obligar por las ensoñaciones de estos delirantes. ¡Shss! esa piel blanca.

Vibras, tiemblas, entre estos fiadores del alma
Dos perdidos con consciencia, dos perros de las ninfas
¡Ay! Uno demasiado doméstico, el otro, ¡Ay! Esas rabias
Uno se levanta, juega, reprime, obedece y prepara
Uno se queda, se acerca, huele el rabo y ataca.

Tranquila lacaya, descansa, yo busco el agua
Y esa estela trasera, desinterés, carnada de mi pesca
Lleva consigo la víctima encantada, fascinada, en fin, contaminada
¿Cómo se come esta? Juega Johannes, juega
He aquí hermano, la gaya era, nuestro hechizo, esa ciencia jovial
Y este humor, la verdad, la oculta gravedad.

Dejo la comida a medias, mi elegancia esa inmoderada resistencia
No me basta esa dilatación del musculo
Mi sadismo dilata el deseo, dilata el espíritu
Huye de todo esto cordero, que nadie detiene el sacrificio
Bajemos, antes que se arrepienta el instinto.

La división tripartita, una cama, dos picas, una niña
“Entra, nada se pone en juego, apenas el alma y la vida”
Las piernas cálidas, la mirada extraviada, los modales de la dama,
La vana resistencia, el negro sobre la blanca, la respiración incontrolada
Señorita, En los juegos de fluidos se juega con fluidos
Sangre, flema, esperma, saliva, melancolía y un poco de vino.

Se levanta el anfitrión, “Jaime descansa, ¿quién servirá el tinto?”
Jala la cadena, sujeta el arbitrio, “Aquí se comparte lo bueno y lo maligno”
Y al canto de Rousseau suena como un desaseado reguetón:
“Os obligaré a ser libres”, obediente se sienta, obediente contempla
Huye con un beso en el pescuezo, “que mala educación”.

Explorando consuelo en el tártaro, hallé un cuerpo atado al sexo
Ninfomanía sin lucidez, avidez genital, carencia de intelecto
Un mero ensueño podrido en el gozo que llena el hueco
Un dejavú de aquel esqueleto, dime, ¿Cuál es ese recuerdo?
¡Ay! ¿En qué pozo mancharé mis lamentos?
No importa, quien advierte está en el séptimo círculo del infierno.

El gemir extraordinario de ese flatus vocis deslumbrado
Esa piel perforada, ese metal frio, reminiscencia de la pretensión de un viejo amigo
Esa boca roedora, roe los muros de esta ratonera
Aquel pezón pequeño, el izquierdo, rígido, estremecido,
Asesinado, emperifollado, prevé el mordisco, jalado y adolorido.

Todo plateado, todo brilla, la calavera de un pirata sin sombrero
No la pintada en el antebrazo, la anatomía de tu cuerpo
Tu entrepierna humoreando tus humores, bañando aquel adorno
Magulla, carcome, hala, lastima, provoca, lesiona y pincha
Arrastra, humedece, hiere y mortifica, el martirio de tu savia
Y de toda esa maldita obra humorística, Johannes sólo imagina:

Esa axila ennegrecida.


Beto Bustamante
A.M.A.

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