la misma niña, la sonrisa hedionda a fertilidad
¡Cómo es dulce oírte hablar, reír, eructar!
¡Cómo el tiempo engloba tu ventricidad!
Mancha tus dientes, arruga tu frente
pero mantiene de a ratos tu tierno mirar
el engaño vencido de la especie y la especialidad.
La textura de tus manos, tu rostro y su no-porosidad
van mermando todos, mermando el embrujo de la puerilidad
pero esa niña amable, de espontánea afectividad
ese trato cálido con te quieros y te quiero más
no se ha ido, aún deleita el paladar del escuchar
de sentir la caricia, del sublime sublimar
pero lastima el recuerdo de tus pies, grandes como el mar
como olas en la cara, cachetadas de pisar
pies hermosos, sombras del ayer y el más atrás.
El cronomo te domina, te somete en gravedad
y ya vieja y más quemada, por el sol y el caminar
seguirá tu tierno gesto escondido a los demás
seguirá, aunque no seas mía, aunque huya tu humedad.
Bartolo(mé) A. Rebata
A.M.A.
A.M.A.
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